lunes, 1 de junio de 2009

Vender e informar

Eifer Zuluaga y carolina ortega estudiantes de Comunicación Social-periodismo
Fotografías por: Oscar Jaramillo


¿Qué es periodismo? Una profesión, un hobbie, no sé, no quiero saber, chismosear, entrometerse en la vida de los demás o informar a las personas.
En Ciudad crónica, una película dirigida por Klich López con el apoyo del Fondo de Desarrollo Cinematográfico, uno de sus personajes, director de un
medio impreso de Bogotá, que lleva por nombre el título del film, le hace esa pregunta a dos de sus reporteros. Mauricio, practicante hace cuatro meses, responde que es “informarle a la gente lo que pasa”; por su parte, Matías, con treinta años de experiencia en la profesión, agrega que “entre otras cosas, sí”. A lo que el director del periódico responde “vender es lo importante; contar lo que pasa es para los historiadores”.
Entonces si periodismo es vender ¿qué debe ofrecer un periodista? De una u otra forma lo que pide la gente, y la gente pide lo que vive. En el caso específico de Colombia, hay medios que tienden a volverse sensacionalistas o amarillistas, como es el caso de los periódicos que se presentan en la Película.
“Aquí hay muertos para todos”, dice Matías. Y así es, la violencia es un factor constante en el trajín de las calles, en el aire de la ciudad y en la vida de los colombianos y, muchos de ellos quieren conocer sobre este problema. Un ejemplo claro de esto, lo ofrece la Película haciendo una comparación entre dos ediciones de un periódico. La primera, que vendió más de 300.000 mil ejemplares, habla de muerte, la segunda, vendió 30.000 y, dice: “Hoy no hay muertos” Esto evidencia claramente el tipo de información que quiere recibir la gente.
El periodismo siempre debe buscar satisfacer las necesidades del público. ¿Y si el público pide violencia? Considero que no es un secreto que el principal objetivo, no solo en Ciudad crónica, sino en muchos medios de comunicación con ánimo de lucro, antes que informar, es lucrarse y recibir beneficios. Por esto, si el público pide violencia ellos muestran eso.
Pero esto no es malo, de igual forma la palabra informar, no excluye ningún tipo de noticia o acontecimiento, lo cuestionable es la trascendencia y la manera de darla a conocer. Se puede hablar de muertos y no es necesario pintar de sangre una página. Esa es la diferencia entre sólo querer vender y, el de vender informando.
“Todos los extremos son malos”, y mostrar una noticia sin un poco de “picante”, puede aburrir al lector: al igual si la información está cargada de mucho contenido sensacionalista.
En el film, los reporteros de uno de los periódicos siempre llegan tarde a cubrir el hecho noticioso, por lo que los medios que sí están rápidamente, consiguen las “mejores” imágenes: donde los sentimientos se encuentran a flor de piel: la sangre aún gotea y los familiares lloran: por el contrario, “los impuntuales” deben conformarse con el cadáver cubierto por la manta blanca que lo separa del flash y de la vista de los pocos curiosos que aún quedan.
Si en un medio lo importante es el peso y la veracidad de sus palabras, como el contenido de lo que informa, entonces, para qué la fotografía de un cadáver colgado de un puente.
Para atraer público.
El sensacionalismo es el arma que muchos medios utilizan, como lo mencioné, para atraer público y, cuando éste no se vea atraído por esta manera de informar, los periodistas se verán en la obligación de cambiar de método, por el momento sólo queda seguir leyendo y observando las páginas de una historia narrada e ilustrada con sangre.


Por: Natalia Flórez

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